Es muy frecuente en la infancia y adolescencia, y se debe a una fragilidad de los vasos capilares (venas) de la nariz, que a menudo se rompen.
Por lo general son secundarios a variaciones de temperatura y humedad ambiental y a la presencia de alergenos.
- Temperatura y humedad ambiental: el cambio brusco de un ambiente frío a uno más cálido induce a una alteración entre congestión y descongestión de la mucosa, lo que determina su engrosamiento y sangrado.
- Presencia de alergenos: Determina que la mucosa nasal se inflame y se torne más frágil. A menudo se suma al trauma local secundario al prurito.
* Su aparición suele aumentar en los periodos más secos del año, en presencia de infecciones respiratorias, en las estaciones en que priman las rinitis alérgicas y con los cambios bruscos de temperatura y humedad.
La epistaxis no tiene consecuencias para la salud del niño, a parte de provocar malestar. No suele requerir tratamiento médico.
Aquí encontrarás algunas recomendaciones para cortar la hemorragia:
- Haz que el niño se incline hacia delante sobre un recipiente, cerrándole la nariz durante unos 10 minutos.
- Dile que no se trague la sangre, que la escupa.
- Si la hemorragia no cesa, mantén la cabeza del niño hacia atrás y ponle hielo o una compresa empapada en agua fría sobre la nariz. Espera otros 10 min.
- Si la hemorragia sigue sin detenerse, lleva al niño a un centro de urgencias, con la nariz cerrada.
- Impide que el niño sople por la nariz antes de 4 horas desde el sangrado.
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